jueves, 10 de marzo de 2011

¡Se están robando el país!

¡Se están robando el país!


Juan Carlos Ramón Rueda
Publicado en http://www.diariodelhuila.com/ el 10 de marzo de 2011.

El titular de la revista semana es catastrófico y sentencia el trasfondo del origen de nuestra tragedia. Los corruptos se están robando todo. Se han especializado. Se modernizaron. Se convirtieron en “carteles”. Se han adecuado al ordenamiento jurídico y parecen ahora tenerlo a su favor. Nuestra sociedad, sobre saturada de información, titulares dramáticos y escándalos quincenales no atina a entender que con la corrupción en los niveles de desenfreno a que ha llegado, simplemente no es una sociedad viable.

Lamentablemente todos los recursos que se despilfarran de una u otra manera en ese inmenso hueco que llamamos corrupción, podrían estar apalancando una mejor educación para sacar de la pobreza a la mayor parte de la población. En Colombia más del cincuenta por ciento de la población vive en extrema pobreza. Más del cinco por ciento está considerado en estado de “indigencia”. Cientos de niños no estudian en los colegios públicos no por la mala calidad de sus servicios, ni por el mal estado de las instalaciones ni el inadecuado método de enseñanza que se utiliza en nuestros colegios públicos, sino porque les toca ir a trabajar, a limpiar parabrisas, a vender comida, prestar servicios domésticos o alguna cosa para sobrevivir y ayudar a sus padres y hermanitos con la alimentación diaria. La educación es el instrumento para mejorar a la sociedad. Por ejemplo, la hija de una pobre mujer que trabaja de sol a sol lavando ropa o haciendo labores domesticas, no tiene oportunidades de mejorar su propia vida en relación a su madre, ni la de sus hijas y nietas, si no logra terminar estudios técnicos o profesionales. Queda condenada a seguir siendo pobre como su madre. Una persona pobre que recibe educación es más productiva. Se relaciona mejor y mejora sus ingresos. Una mujer educada procura tener menos hijos, así alimentan mejor a los que tienen, les da mejor estudio y por ende tendrán mejores oportunidades. Una mujer pobre se llena de hijos rápidamente y así mismo estos estarán condenados a seguir siendo pobres. Mientras, la corrupción se lleva los recursos necesarios para apalancar el desarrollo y mejorar la educación de los niños pobres.

La lucha contra la corrupción debe ser un asunto de alta prioridad para toda la sociedad. Así como lo fue a principios de siglo el tema de la seguridad. El País completo se volcó con su voto y opinión favorable en apoyo de las propuestas que enfrentaban a los terroristas secuestradores de las guerrillas a cambio de la Paz. Ahora es el momento de que se reaccione ante tanto desenfreno. Los recursos públicos son la fuente para financiar el desarrollo. Para mejorar la educación, la salud y el bienestar de millones de compatriotas que aguantan hambre y por ignorancia, estupidez e ignominia están condenados junto a sus hijos, nietos, bisnietos y toda la prole por los años de los años, a seguir siendo los miserables de una sociedad que despilfarra sus recursos para que se los roben unos “avispados”.

Los recursos públicos son sagrados y el titular de la portada de la revista semana debería avergonzarnos a todos.

juancramon@gmail.com

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